LAST NIGHT IN SOHO: EL CAMBIO WRIGHT
Por Nico Fernández II En las últimas semanas de Noviembre “Last Night in Soho” llegó a los cines del país, una película de Edgar Wright en la que este último experimenta el terreno de un género que nunca estuvo presente en sus películas, como es el terror psicológico.

La película nos presenta la historia de Ellie Turner, una joven que se muda de su pueblo rural a Londres para estudiar la carrera de diseñadora de moda, misma carrera que estudiaba su madre antes de suicidarse. Tras problemas en su lugar de residencia, decide mudarse a una propiedad en alquiler de una anciana. Por las noches, Ellie tiene sueños vívidos en los que habita la década del 60 y observa la vida de otra joven, Sandie, en primera persona. Poco a poco nuestra protagonista, enamorada de esa década, será testigo de que Londres no era lo que ella tanto anhelaba.
Hay una fuerte crítica al mundo del espectáculo y todo lo que tiene que hacer una persona aspirante al medio del entretenimiento para poder ser tenida en cuenta, acertada visión.
Otro pro que ya es una marca registrada de Edgar Wright es la paleta de colores, muchas de sus películas tienen un gran trabajo en este aspecto y “Last Night in Soho” no es la excepción. A esto se le suma el gran recurso de los espejos para poner en escena a ambas protagonistas.
Lo mismo ocurre con el soundtrack, que logra transportarnos a la década del 60 de una manera bien lograda.

En cuanto al reparto los 3 que más se lucen son Thomasin Mckenzie, que interpretó muy bien a una protagonista que lentamente entiendo menos a su alrededor, Anya Taylor Joy logrando una buena actuación, y si bien no es protagonista principal, hasta se dá el gusto de probar el canto, y para finalizar un buen trabajo de Matt Smith como antagonista, ganándose el desprecio del espectador.
A destacar también que lamentablemente esta fue la última película de dos actrices que aparecen en el film, como fueron Diana Rigg y Margaret Nolan.
En fin, es una película que va atrapando lentamente pero que una vez lograda la inmersión del espectador, es un viaje que cada vez suma más tensión hasta el final de esta. El 2021 nos deja un trabajo experimental por parte de Edgar Wright, que, opinión personal, sorprende y está más que aprobado.