mayo 7, 2020
Pablo Mosquera (404 articles)
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Mito o realidad

Bienvenidos a la nueva columna de salud y entrenamiento de La Fogata Radio, soy Martina y hoy vamos a entender qué de todo lo que sabemos a lo largo de nuestras vidas es real o simplemente un mito que sobrepasa las generaciones, y  que con demasiada frecuencia se escuchan en forma de  consejos con buena intención pero a veces sin base científica. Te propongo que te pongas a prueba con tus conocimientos y compruebes de qué lado estás: mito o realidad.

▪ “Con abdominales se reduce la grasa”: Mito.

Podés someterte a sesiones interminables de abdominales, pero si no llevás un control adecuado de tu alimentación no lograrás los resultados deseados. Además, si  lo que se buscás es conseguir descenso de peso, en principio, no hay que centrarse en el trabajo de estos músculos específicamente, sino enfocarse en un entrenamiento  que involucre todo el cuerpo, incluyendo la realización de ejercicios aeróbicos, como así también, llevar a cabo ejercicios de fuerza. Hacer solamente abdominales sin un trabajo aeróbico (aquel que nos permite la degradación de las grasas), se obtendrá como resultado tan solo un aumento del volumen.

“Levantar pesas hace que los músculos se vuelvan grandes y con apariencia masculina”. Mito.

Muchas personas  piensan que realizar entrenamiento de fuerza produce un cuerpo similar a la una persona dedicada al físico culturismo, o bien, que estos ejercicios están destinados pura y exclusivamente a los hombres.

Para desarrollar una musculatura prominente (hipertrofia) necesitaríamos, entre otros factores, muchas horas de ejercicios. La realidad es que este tipo de entrenamiento ayuda a mantener la masa muscular mientras se pierde peso graso, aumentando la tasa metabólica y quemando más calorías en reposo; en otras palabras, levantar pesas es beneficioso para nuestro cuerpo, nos ayuda a bajar de peso como así también, a tonificar y a darle forma a los músculos. La clave está en adaptar estos ejercicios a tu rutina y objetivos deseados.

“Si no puedo ir al gimnasio tres veces por semana, voy solo un día y trabajo más”. Mito.

Hay quienes piensan que con ejercitarse una vez y en exceso (a una intensidad inadecuada) están beneficiando su cuerpo. Grave error. La realidad es que hay que dosificar el programa de rutina de entrenamiento. No se puede hacer y acumular todo en un mismo día, ya que de ésta manera, el organismo no lo registra como una actividad benéfica, sino todo lo contrario. Debe dividirse en dos o tres estímulos semanales como mínimo, para que el cuerpo se pueda ir adaptando al esfuerzo e ir aumentando  progresivamente la  intensidad de trabajo.

“Después de cierta edad el ejercicio no nos ayuda a mejorar”.  Mito.

Si bien lo ideal es comenzar a realizar actividad física a temprana edad y no interrumpir el hábito a lo largo de la vida, la realidad es que también es mejor comenzar a ejercitarte si no lo hacés, independientemente de los años que tengas, la edad no es un limitante para el ejercicio físico.  

Debemos tomar conciencia de lo importante que es realizar actividad física de manera regular, sistemática y constante, erradicando así, de forma definitiva el sedentarismo de nuestras vidas, que tanto daño produce al organismo deteriorando de manera considerable nuestra salud y nuestra calidad de vida.

“Transpirar ayuda a bajar de peso”. Mito.

Es fundamental que tengamos presente entonces que el sudor no está directamente vinculado con la pérdida de peso. La realidad es que la sudoración es un mecanismo de termorregulación, esto es, si una persona suda mucho es porque su cuerpo está realizando un gran esfuerzo para regular su temperatura, razón por la cual, es muy importante tener una buena hidratación mientras realizamos actividad física para que el cuerpo pueda continuar con el proceso en cuestión.

Lamentablemente, hoy en día, son muchas las personas que creen que al sudar mucho pierden peso graso, razón por la cual hacen actividad física cubiertas de ropa gruesa o envuelta en plásticos o en fajas, también concurren a los saunas y permanecen ahí, durante horas con la intención de sudar lo más posible. Sudar en exceso puede causar alteraciones importantes en las funciones que realizan los sistemas cardiovascular, metabólico y endocrino,  causando también perdida de sodio y potasio, lo que puede producir molestos calambres, es por eso que, durante el ejercicio hay que hidratarse en forma constante.

Si lo que deseas es bajar de peso, ejercitarse con fajas térmicas, chalecos de nylon,  ropa gruesa, envueltos en plásticos, o bien, internándose en un sauna durante horas para sudar lo más posible, ninguno de estos recursos te ayudaran con el objetivo deseado. Claro que obtendrás una pérdida de peso pero será la resultante de una riesgosa deshidratación y volverás a subir esos kilitos ni bien te hidrate nuevamente.

Recomendación: la clave está en el equilibrio de tus hábitos:

  • Alimentación variada.
  • Rutina dosificada de entrenamiento (mínimo 3 estímulos semanales).
  • Libera tu mente en una actividad que te conecte con vos.
  • Hidratáte siempre aun cuando no estés en una práctica de actividad física.

✍ Por Martina Mercado
📸 IG @martubaldi

📚 Formación de Martina Mercado:
▪ Licenciada en educación Física/ Universidad del Salvador.
▪ Instructora en tercera edad/ C.E.E.F.
▪ Instructora pilates reformer / Dharama Pilates
▪ Instructora en Entrenamiento Funcional / ACTIVE Funcional.

* Todas las imágenes son ilustrativas

Pablo Mosquera

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